Según el último inventario de cultivos leñosos, realizado por el Departamento de Agricultura del Gobierno de Navarra en 2005, el almendro ocupa en la Comunidad Foral el tercer lugar en cuanto a superficie, 3.841 hectáreas, detrás del viñedo y el olivo.
Hasta no hace muchos años el almendro en Navarra, debido a su escasa y alternante productividad, ha estado considerado como un cultivo marginal, destinado a terrenos de secano que por su orografía, calidad del suelo, etc. tenían un bajo potencial para el cultivo de cereales.
Actualmente la situación ha cambiado. Por un lado la recolección cada vez es más rápida y económica como consecuencia de la mejora de los distintos prototipos mecánicos utilizados en la misma. Por otro, la continua mejora de las variedades empleadas, tarea en la que varios centros de mejora españoles han sido muy prolíficos (CEBAS-CESIC, CITA e IRTA), mejorando notablemente con éstas, tanto el potencial productivo, la sensibilidad a enfermedades o el costo de algunas tareas como la poda.
Además, las nuevas zonas de regadío ofrecen mejores condiciones agronómicas, con posibilidad de riego por goteo e infraestructuras mejor dimensionadas. Todo esto unido a una coyuntura comercial favorable ha propiciado el interés de los fruticultores por este cultivo.
En este artículo damos un repaso al cultivo para concluir que nuestra región es límite en cuanto a condiciones agroclimáticas y que si bien el almendro puede ser una alternativa a considerar a futuro, no todas las explotaciones reúnen las condiciones favorables para el éxito.