En el área Atlántica, los veranos se caracterizan por temperaturas suaves y precipitaciones más o menos importantes, lo que no impide que se produzca un cierto agostamiento de los prados y praderas en las parcelas de los fondos de valle y, en consecuencia, una disminución de su producción estival. Por ello, las explotaciones ganaderas con limitaciones en su base territorial recurren a cultivos de verano adaptados a esas condiciones climáticas (maíz, sorgo, etc.) para obtener un forraje que, conservado mediante ensilado, se utilizará para alimentar al ganado en otras épocas del año.
El manejo de estos cultivos en esas áreas presenta algunas dificultades (costes elevados, incertidumbre de producción, climatología adversa, mecanización) que hacen que, en años concretos, no se alcancen los objetivos de producción marcados.
Una de estas alternativas puede ser la “moha” (Setaria italica), especie de la que tuvimos noticia en el Departamento francés de Pirineos Atlánticos donde fue introducida a finales de la pasada década.
La moha es una gramínea forrajera anual de producción estival, de ciclo muy corto, que permite obtener una gran cantidad de biomasa en unos dos meses de ocupación del suelo. Se siembra anualmente y no precisa de maquinaria diferente a la utilizada de forma habitual para el manejo de las praderas.
INTIA ha probado este cultivo forrajero de verano en 2014 de forma experimental con el objetivo de conocer su adaptación, sus posibilidades productivas reales y su manejo en el área atlántica de Navarra. En este documento se analiza el comportamiento de este cultivo novedoso y se ofrecen los resultados obtenidos.