Efectivamente, el ajuste del abonado es un factor clave en el cultivo del maíz por varias razones:
- 1. Alto coste de los abonos. Con frecuencia supone en torno a un 30% de los costes directos de cultivo.
- 2. Alta incidencia en la productividad y en la rentabilidad del cultivo. Los abonos son necesarios para alcanzar altas producciones. Dosis bajas pueden mermar notablemente la productividad, mientras que dosis excesivas, además de no incrementar la producción, ocasionan gastos innecesarios y afecciones medioambientales negativas como el lavado de nitratos.
- 3. Como la cosecha exporta importantes cantidades de nutrientes, los abonos nos permiten restituirlos manteniendo la fertilidad del suelo.
Por tanto, el ajuste de la fertilización del maíz es un aspecto clave para optimizar la rentabilidad del cultivo, mantener la fertilidad del suelo y minimizar las posibles afecciones medioambientales negativas que el mal uso de los fertilizantes puede provocar.
Las recomendaciones que se dan en este artículo están basadas en los resultados de muchos años de trabajos de experimentación en el cultivo del maíz por parte de INTIA.