Navarra Agraria

La rotación de cultivos es una práctica agronómica recomendable. En el área mediterránea, la rotación del cultivo de cereal grano con cultivos forrajeros anuales resulta interesante ya que rompe la sucesión de cultivos con una misma orientación productiva y varía la mecanización, las fechas de siembra y recogida y la profundidad de exploración de las raíces en el perfil del suelo. Todo ello incide sobre los ciclos reproductivos de malas hierbas, plagas y enfermedades y mejora las características estructurales de los suelos. Si, además, se introducen leguminosas en las mezclas o cultivos puros en rotación, teniendo en cuenta su capacidad de fijación de nitrógeno atmosférico, el suelo queda enriquecido en nitrógeno tras la recolección del forraje. Todo lo anterior redunda en beneficio para los cultivos que suceden al forraje dentro de la rotación.
Por otra parte, el cultivo de leguminosas es una de las categorías reconocidas dentro de la PAC como “superficie de interés ecológico” (SIE) para cumplir las exigencias del “pago verde” (greening).
Como novedades, para ser considerados SIE a partir de la campaña 2018:
- Las leguminosas se pueden asociar con otros cultivos no fijadores de nitrógeno (cereales) siempre que en la mezcla se incluya más de un 50% de leguminosa.
- El cultivo SIE se mantendrá sobre el terreno hasta, al menos, el inicio de floración de la leguminosa.
- Se prohíbe el uso de productos fitosanitarios sobre los barbechos y los cultivos fijadores de nitrógeno.
En la primavera de 2017, en el marco de las jornadas GENVCE organizadas por INTIA, se llevó a cabo un ensayo con el objetivo de conocer la adaptación, el comportamiento agronómico y la producción y calidad de diferentes forrajes anuales que puedan entrar en rotación con los cultivos de cereal grano. Algunas de esas alternativas han dado resultados satisfactorios tanto a nivel agronómico como para la alimentación del ganado y en este artículo informamos sobre las mismas.