La sanidad animal, además de ser un pilar fundamental para la producción de alimentos seguros y para el bienestar animal, se ha convertido en un elemento estratégico en el marco de la sostenibilidad y el desarrollo económico de un país puesto que constituye una de las principales barreras al comercio de animales vivos y productos derivados.
La mejora del estatus sanitario de los animales de una región indudablemente favorece su desarrollo económico porque facilita el comercio de animales y sus productos.
En el ganado vacuno, gracias al éxito de las campañas de saneamiento ganadero que desde la década de los ochenta se vienen realizando en España, se han conseguido logros muy importantes: Se ha erradicado la perineumonía contagiosa bovina (PCB) y la leucosis enzootica bovina (LEB) y se ha avanzado mucho en el camino hacia la erradicación de la tuberculosis y brucelosis. De hecho, concretamente en Navarra, ya se ha erradicado la brucelosis, siendo declarada libre de esta enfermedad en 2016.
Gracias a todo esto, se ha conseguido la apertura de nuevos mercados y la simplificación de los requisitos para enviar nuestros animales a otros países.
Actualmente en el sector vacuno se plantea superar un nuevo reto: el control de la rinotraqueítis infecciosa bovina.
Como se puede ver en el artículo, es una de esas enfermedades que algunos autores califican como “patología frontera” puesto que impide comercializar animales o productos en aquellos países declarados libres. Por este motivo, la voluntad de muchos países europeos de erradicar la enfermedad en sus territorios está cada vez más patente.