La bioeconomía, producida por cultivos no alimentarios, es un ejemplo perfecto de economía circular que facilita el reciclaje de carbono y utiliza materias primas renovables para hacer productos de consumo más ecológicos. Muchos de esos cultivos son de uso múltiple, es decir, pueden tener varios destinos finales y también aumentan y diversifican los ingresos de los agricultores mediante el acceso a nuevos mercados.
El proyecto europeo PANACEA tiene como objetivo difundir casos aplicables de cultivos no alimentarios próximos a la realidad de mercado, así como la cooperación entre la comunidad agrícola, la industria y la investigación, con el objetivo de incrementar la contribución de los cultivos no alimentarios a la Estrategia de Bioeconomía Europea.
Los cultivos no alimentarios son aquellos que no forman parte de la cadena alimentaria y son utilizados para producir un amplio abanico de bio-productos, incluyendo polímeros, lubricantes, materiales de construcción, productos farmacéuticos, así como energía y combustibles.
Por su versatilidad y posibilidades de diversificación dentro de las explotaciones agrícolas, podrían ser una opción interesante para el renacimiento de zonas rurales hoy abandonadas.
Desde el proyecto PANACEA hay un gran interés en conocer las necesidades, los condicionantes, las perspectivas de futuro y los incentivos de todos los eslabones de la cadena de valor de los cultivos no alimentarios. Para ello y como primer paso, se han realizado una serie de encuestas tanto a empresas como a agricultores en 10 países de la Unión Europea de cuyos resultados se ofrece un avance.
En este artículo se informa sobre las posibilidades de este sector y los objetivos de este proyecto en el que trabajan 18 socios tecnológicos de diez países europeos; entre esos socios, está INTIA.