Desde junio de 2018, la Finca Experimental de INTIA ubicada en Sartaguda está inscrita íntegramente en el Consejo de la Producción Agraria Ecológica de Navarra (CPAEN). Se cumple un año por tanto desde la reconversión y en este plazo se ha convertido ya en centro de referencia para la innovación de la producción ecológica de Navarra, tanto en lo que se refiere a cultivos al aire libre, hortícolas y frutales, como en invernadero.
En este tiempo se ha reforzado la experimentación que ya se venía realizando en ecológico y se han abordado proyectos novedosos enfocados a un doble objetivo: mejorar la calidad de suelos agrícolas y fomentar la biodiversidad buscando potenciar una agricultura más sostenible y mejor adaptada al cambio climático.
Estos objetivos están en línea con la “Arquitectura verde” de la nueva PAC post-2020 y sus eco-esquemas, que serán en los próximos años un instrumento incentivador de la Unión Europea y los Estados miembros para afrontar los retos del clima, la producción agrícola y el respeto al medio ambiente.
Según datos proporcionados por CPAEN (Consejo de la Producción Agraria Ecológica de Navarra), actualmente hay 83.348 hectáreas inscritas en ecológico, lo que supone un 18,9% de la superficie agrícola de Navarra. Pero además, la industria agroalimentaria está mostrando un gran interés hacia este tipo de productos. Sin embargo, aunque la demanda crece a un ritmo constante y a pesar de la tradición de la huerta y la amplia superficie regable que existe en Navarra, tan solo una parte muy reducida de la misma está inscrita en producción ecológica.
Esto propició que en 2018 la sociedad pública INTIA realizara la reconversión de su finca experimental de Sartaguda a la producción ecológica, con una inversión cercana a los 250.000 euros, con el objetivo principal de potenciar el conocimiento de este tipo de cultivo.
En este artículo queremos hacer balance de lo que ha supuesto ese primer año y sobre todo difundir los novedosos proyectos de experimentación en ecológico que realiza INTIA. Se está trabajando con rotaciones y diversificación de cultivos, abonos verdes, cubiertas vegetales, bandas floridas, compostado, pero también con el uso de nuevas tecnologías como sensores de suelo para control de riego, acolchados biodegradables o patrones enanizantes en los cultivos frutales.