Uno de los objetivos fundamentales de INTIA es el de asesorar a los ganaderos para conseguir que sus explotaciones sean viables en el tiempo, y esto ha ido ligado a intentar maximizar la rentabilidad de dichas explotaciones y mejorar la calidad de vida de los productores. Para poder realizar este asesoramiento es necesario conocer los diferentes parámetros que inciden en la rentabilidad y de esta manera obtener una radiografía lo más precisa posible de la realidad. Esta necesidad nos ha llevado a utilizar una herramienta de trabajo fundamental que es la gestión técnico-económica.
La gestión consiste en la captación de información principalmente técnica y económica para el análisis, toma de decisiones y optimización de recursos.
Desde 1986, INTIA recoge datos de gestión técnico-económica de explotaciones ganaderas navarras, tanto de runmiantes como de monogástricos (porcino y conejo). Con ello se realiza el asesoramiento en las explotaciones y además se observan las tendencias y evoluciones de cada uno de estos sectores.
Este artículo se centra en los rumiantes, concretamente en el vacuno de carne, vacuno de leche, ovino de carne y ovino de leche que son los más castigados hoy en día. Con los datos de evolución podemos hablar de una realidad preocupante, la desaparición paulatina de muchas explotaciones por varios motivos, fundamentalmente falta de rentabilidad y falta de relevo, con las consecuencias negativas colaterales que supone de despoblamiento de zonas rurales y pérdidas de áreas de cultivo y pastoreo por falta de utilización. Por dar una cifra realmente impactante, en los últimos 27 años han desaparecido el 90% de las granjas de vacuno de leche de Navarra.
En este contexto nos surgen preguntas importantes: ¿qué pasa si un ganadero no consigue rentabilidad con la producción para poder seguir adelante con su trabajo y su explotación? ¿Qué ocurre si los jóvenes no se quieren quedar en los pueblos y en el sector agroalimentario por falta de alicientes?, ¿cómo pueden tener continuidad esas explotaciones?. ¿Le interesa a la sociedad que se mantengan esas explotaciones?. ¿Puede permitirse la sociedad tener una parte de su territorio vacío, sin rumiantes que pasten y con pueblos cada vez más envejecidos aumentando la compra en otros países y regiones de algo tan básico y estratégico como son los alimentos?