La PAC necesita ser reformada, de manera urgente y radical. Esta no es una posición política, sino una opinión científica.
En las últimas décadas, la PAC ha jugado un papel en la desaparición de los agricultores, especialmente los pequeños agricultores. De 2003 a 2013, más de una granja de cada cuatro ha desaparecido del paisaje europeo. El número de granjas está disminuyendo y el tamaño promedio de las granjas está aumentando, en una tendencia a la concentración. En la Unión Europea, hoy, alrededor del 3% de las granjas representan el 52% de las tierras agrícolas totales.
Varios trabajos científicos independientes, incluido el de IPES-Food, han demostrado esto. Y es por consideraciones ambientales, socioeconómicas y de salud pública. Por ello, para la reforma de la PAC posterior a 2020 proponen adoptar medidas que tengan en cuenta todos estos factores.
La PAC debe cambiar, en su opinión, para apoyar un modelo de agricultura radicalmente diferente basado en la diversificación agrícola, la sustitución de insumos químicos con técnicas sostenibles, la optimización de la biodiversidad y la estimulación de interacciones entre especies. Una agricultura, además, que sea económicamente viable para los agricultores, y una agricultura nutritiva, más saludable para los consumidores.
No obstante, los sistemas alimentarios son sistemas complejos influenciados por muchas políticas públicas, no sólo por la política agrícola, de ahí que las propuestas de sectores y organizaciones como IPES-Food vayan orientadas hacia una Política Alimentaria Común para la Unión Europea.