Las oleaginosas constituyen una alternativa al cereal, interesante para mejorar los suelos y luchar contra las malas hierbas. En Navarra destacan la colza como cultivo de invierno y el girasol como cultivo de verano, principalmente en la Baja Montaña. Especialmente para el cultivo de girasol, es recomendable utilizar suelos profundos y bien estructurados puesto que, en los periodos secos del verano, se podrá beneficiar de la mayor capacidad de retención de agua de este tipo de suelos.
Desde 2009, en Navarra, la superficie anual cultivada de girasol se ha mantenido estable rondando las 4.500 hectáreas, continuándose esa misma tendencia en esta campaña.
INTIA incluye el girasol desde hace décadas dentro de sus planes de experimentación, tanto para evaluar las nuevas variedades de semilla que salen al mercado como para aquilatar los efectos que produce a largo plazo su inclusión en la rotación de cultivos cerealistas extensivos.
Así, en 2021, INTIA ha testado el comportamiento de 24 variedades tanto linoleicas como oleicas de girasol en la Cuenca de Pamplona. En este artículo se exponen los resultados obtenidos en el ensayo, además de hacer un balance general de la campaña.