A lo largo de muchos años de estudio del cultivo de trigo, los técnicos de INTIA hemos observado campañas en que la incidencia de enfermedades de la base del tallo ha sido muy acusada y otras en las cuales las citadas enfermedades han pasado inadvertidas por su escasa incidencia. El agricultor y los técnicos hemos efectuado y recomendado las labores de cultivo, aportaciones de abonos, aplicaciones de herbicidas, etc., año tras año con los mejores criterios en función de los conocimientos que tenemos para un desarrollo vegetativo óptimo y la obtención de un buen rendimiento, con prácticas respetuosas con el medio ambiente y la obtención de un producto sano y de calidad. Por supuesto, siempre contamos con el condicionante de que todas estas labores de campo hay que realizarlas cuando la climatología lo permite. Sin embargo el resultado final y la incidencia de estas enfermedades “de pie” son muy diferentes de unas campañas a otras. Ante tal panorama, los técnicos de INTIA hemos indagado en las causas, para intentar determinar cuáles son los factores que, estén en nuestra mano o no, favorecen estas enfermedades y cuáles son los que hacen que su desarrollo se vea frenado y por tanto su incidencia sea menor.