Cuando se van a acometer obras de ampliación de las instalaciones, o bien cuando se va a iniciar la actividad como semillerista, es necesaria una reflexión. No sólo hay que plantearse la superficie de invernadero a instalar. Debemos tener claro qué orientación productiva se va a acometer y cuáles son los aspectos a contemplar para definir la explotación.
Este proceso reflexivo debe servir para:
- Identificar todos y cada uno de los procesos que se realizan o que se van a realizar en el semillero, y sus interrelaciones.
- Analizarlos de forma que queden al descubierto los puntos más débiles, susceptibles de mejora.
- Buscar, en cada caso, la solución funcional y económicamente más adecuada.