Las nuevas tecnologías han introducido en el mundo del riego enfoques que hace unos años se consideraban impensables. Los programas informáticos de gestión de regadíos y de redes de riego, la mejora energética de los bombeos que suministran caudal y presión a las zonas regables, la posibilidad de consultar en Internet las dosis de riego para cada cultivo y zona climática así como disponer de la información en tiempo real de los cultivos existentes en las zonas regables, son algunas de las cuestiones que las nuevas tecnologías han contribuido a desarrollar en plenitud.
Las nuevas tecnologías permiten, por un lado, disponer de mejor información y proyectar mejor, pero además producen cambios en la forma de concebir las instalaciones. Esto es particularmente importante cuando se tiene el reto de desarrollar una zona regable como la del Canal de Navarra, con 57.000 hectáreas de riego a presión, donde la experiencia acumulada de 15 años de diseños de riego debe dar sus frutos. Esta experiencia permitirá no sólo que se obtengan los mejores ratios económicos posibles, sino que además se pueda ofrecer a la agroindustria la información que precisa para su ubicación y para el mejor aprovechamiento de las posibilidades de las tierras transformadas.
