Suelo y laboreo
- El tomate se adapta a muchos tipos de suelo, siempre que el drenaje sea bueno, tanto por condiciones naturales del terreno como por los laboreos profundos.
- Una vez que el drenaje del suelo está solucionado, el objetivo es dejar en superficie, donde vamos a poner los cepellones, una tierra fina mezclada con terrones pequeños. Así el agua hará contacto enseguida con los cepellones y el arraigue será bueno.
- Si con la maquinaria habitual no podemos preparar adecuadamente, pasaremos un rotavator de giro invertido para que entierre los tormos grandes y deje en la superficie la tierra fina y los terrones pequeños.
- No es recomendable trabajar la tierra en fechas próximas a la plantación.
- En caso de que las condiciones climáticas sean malas, es mejor retrasar la preparación del suelo.