Las leguminosas son los cultivos que mayor interés tienen desde el punto de vista rotacional, tanto si su aprovechamiento es para forraje como para grano, siendo esta segunda opción la que se beneficia de primas de la PAC. Los suelos sueltos, francos, que no se encharcan, son los más apropiados para estos cultivos. Los guisantes proteaginosos, a través de un amplio número de variedades disponibles, permiten la extensión del cultivo desde los secanos frescos hasta los semiáridos.
Las producciones, normalmente muy variables, pueden no ser suficientemente rentables en un año, pero sus beneficios se obtienen con creces en los dos años siguientes a su cultivo. La fertilización nitrogenada al año siguiente se reduce hasta en un 25% en esa parcela en muchos casos, y el trigo produce un 10% más.
Las ventajas de los cultivos alternativos, como el guisante, sobre la diversificación de las fechas de trabajo, la diversificación de riesgos, y la mayor posibilidad de lucha contra las malas hierbas, plagas y enfermedades, los convierten en muy interesantes al contemplar la explotación en su conjunto.
