Para que una planta pueda desarrollarse y completar su ciclo es necesario que en el medio en el que vive existan una serie de elementos esenciales para su nutrición. Algunos están disponibles abundantemente en el aire o en el agua (carbono, hidrógeno y oxígeno), mientras que la planta debe encontrar el resto de ellos en el suelo.
Por lo general, los suelos agrícolas fértiles están bien provistos de sustancias nutritivas, por lo que únicamente se suelen aportar (fertilización) aquellas que se encuentran en menor proporción o que la planta demanda en mayor cantidad. Los elementos absorbidos en mayor cantidad por los cultivos son el nitrógeno, el fósforo y el potasio y se denominan macroelementos primarios.