El cerezo se cultiva tradicionalmente en la mitad sur de Navarra, con presencia notable en núcleos como Milagro, Valle de Echauri, Corella y Cárcar. La superficie total sigue creciendo anualmente y está próxima a las 300 hectáreas con un potencial productivo que superaya las 1.000 toneladas de este fruto. Esta tendencia de incremento de superficies se da también en muchas regiones españolas, lo que provoca la saturación de los mercados y la consiguiente caída de precios. Por tal motivo, la elección de la variedad juega un papel fundamental en su rentabilidad y en este artículo, junto al lógico balance de la campaña, se analizan un nutrido número de ellas presentes en su mayoría en la red experimental del ITG Agrícola.