Los avances técnicos en la fruticultura son más lentos de introducir y valorar, por las propias características del cultivo. No hablamos de plantas anuales sino de árboles que requieren varios años para alcanzar su máxima producción y desarrollo. Por tanto, es posible que la evolución de estos 25 años no parezca tan espectacular ni las innovaciones tan aceleradas como ocurre en otros aspectos de la agricultura o la ganadería.
Sin embargo, también ha habido cambios importantes que han ayudado a la mejora de las calidades y las producciones, o a incrementar la rentabilidad. En el último cuarto de siglo, la fruticultura profesional ha caminado hacia una mayor productividad e intensificación de las plantaciones. La entrada de España en la Unión Europea y la apertura hacia los mercados internacionales ha propiciado un mayor dinamismo. Por un lado ha servido para introducir variedades comerciales, nuevas especies y técnicas novedosas procedentes del extranjero; por otro nos ha facilitado el vender fuera nuestros productos.
En muchas zonas de la Ribera navarra se han sustituido los viejos sistemas de regadío por inundación por sistemas más modernos y eficientes, fundamentalmente goteo, con programadores que controlan el caudal del agua y las horas de riego.
La mecanización de algunas labores, sobre todo la recolección, ha aportado más comodidad y permitido ahorrar mano de obra en algunas producciones.
Pero entre los logros más notables de la experimentación del ITGA hay que señalar la domesticación del pacharán o endrino a partir de arbustos silvestres. Gracias al esfuerzo de nuestros técnicos y a la colaboración de la industria y agricultores, este nuevo cultivo se ha incorporado plenamente a la agricultura navarra. Partiendo de la nada se ha logrado contar ya con una superficie pequeña pero significativa, con producciones contratadas por la industria y un producto único en el mundo.
En este artículo se describe a grandes rasgos la evolución reciente de la fruticultura.