En Navarra, en la última década, el bróculi se ha convertido en el cultivo hortícola de mayor progresión, siendo actualmente el de mayor superficie cultivada dentro de los regadíos navarros, 4.985 hectáreas, con un rendimiento medio de 11,6 t/ha (Coyuntura Agraria, 2005). A pesar de ello, la superficie ha sufrido un ligero descenso en 2004 respecto al año anterior, en el que se alcanzó el máximo, 5.550 hectáreas.
Una particularidad de este cultivo es que todas las variedades existentes en el mercado tienen unos ciclos de similar duración (70-100 días), al contrario que en coliflor con gran diversidad de ciclos (75-250 días), lo que implica realizar una programación de cosecha por medio de diferentes fechas de plantación. Esto conlleva que, en todas las plantaciones, se use un material vegetal homogéneo en el que la duración de los ciclos está muy influenciada por la climatología.
Una planificación de la plantación resulta esencial para optimizar la mano de obra a utilizar y organizar las labores de otros posibles cultivos.
En este artículo nos vamos a centrar en los ensayos de variedades con plantación en verano y recolección en otoño de producto con destino tanto al mercado en fresco como a la industria congeladora, realizados por el ITG Agrícola.
También hacemos un breve balance de la campaña que, por otra parte, ha estado marcada negativamente a causa de las heladas.
