Cada vez más frecuente encontrar consumidores que piden y exigen una mayor calidad en los productos y no solamente desde el punto de vista visual, sino también desde la perspectiva del "sabor".
Desde el punto de vista comercial, hay muchas variedades de tomate que se han ido perdiendo con los años o cayendo en desuso, comercialmente hablando, desplazadas por otras. Su cultivo ha quedado circunscrito a pequeños huertos o pequeñas superficies, destinadas a un consumo puramente local. Las propias características de estas variedades, sobre todo la falta de dureza, impiden su transporte a mercados más alejados. Pero, a cambio, ofrecen un marcado carácter de "sabor" que las hace muy atractivas para el consumo.
No es objeto de este artículo profundizar en los distintos aspectos que influyen en la calidad de un producto, ni en las técnicas de cultivo que permiten incrementar y mejorar ciertas características. Tan solo queremos dejar constancia de la labor que viene realizando el ITG Agrícola para preservar las variedades locales, tradicionales de Navarra, tanto en este cultivo como en otros. En el caso del tomate, son variedades destinadas a consumo en fresco, en ensalada. Y además de trabajar por su preservación, se está estudiando la posibilidad de mejorar algunas de ellas y adaptarlas a la producción en invernadero, donde es posible garantizar un cuidado más exquisito de la planta y a cambio se pueden obtener beneficios de ese valor añadido del sabor, con un mejor precio en el mercado. La experimentación continúa, pues se trata de una labor a largo plazo, pero se observan resultados interesantes, sobre todo con algunas variedades, que damos a conocer a los agricultores en este informe.