La bioseguridad se define como el conjunto de medidas de manejo encaminadas a reducir el riesgo de introducción y diseminación de agentes patógenos (virus, bacterias, hongos, parásitos) y sus vectores (roedores, insectos, aves silvestres) en las explotaciones ganaderas. Su objetivo es minimizar los riesgos sanitarios, mejorar la productividad, y obtener productos sanos y seguros para el consumo humano.
sí pues, el control y la prevención de las enfermedades animales resultan fundamentales para:
- Evitar las pérdidas que su existencia provoca, por merma en sus producciones y por las posibles implicaciones en el comercio exterior.
- Evitar la aparición de enfermedades y mejorar las condiciones de bienestar animal.
- Proporcionar alimentos seguros a los consumidores, ya que algunas de ellas son zoonosis.
- Los meses que van de la primavera al final del otoño resultan especialmente indicados para realizar este control, por la mayor actividad de los patógenos y de sus agentes transmisores en las épocas de calor.
Por ello, en este artículo vamos a incidir en lo que se conoce como "Las Tres D": desinfección, desratización y desinsectación, actualizando la información sobre el tema con los productos que pueden emplearse hoy en día y los protocolos que se deben seguir para tener una granja "segura".