Después del amargo sabor que dejó la campaña pasada, con inundaciones, climatología adversa en la preparación de parcelas, pedrisco, mosca blanca, etc, en ésta se ha vivido la situación opuesta. La bonanza climática ha hecho que las expectativas, tanto de agricultores como de industriales, se hayan alcanzado al 100%. Se han llegado a cumplir los contratos en su totalidad e incluso con el agravante de dejar tomate en el campo por problemas de hongos en fruto a causa de las lluvias persistentes de finales de septiembre, calculándose las pérdidas entre 2 y 3 millones de kilos. Además de la ayuda de una climatología idónea para este cultivo (gráfico 1), ha habido unos factores agronómicos que han tenido gran incidencia en las excelentes producciones, como son la generalización del cultivo con goteo y acolchado, variedades superproductivas y el uso de parcelas nuevas.
Durante este campaña se han cultivado en Navarra 2.143 ha, lo que supone un incremento del 7,58% con respecto al año anterior.
La producción ha sido un 25% superior. Las buenas cosechas han sido generalizadas en España lo que ha llevado a sobrepasar el cupo adjudicado por la Unión Europea; esto podría traer consecuencias de cara a los próximos años.
Hay que destacar que casi la totalidad de la superficie productiva se destina a recolección única.
Los planes de experimentación del ITG Agrícola han dedicado, como todos los años, un amplio capítulo a este cultivo y a sus posibles novedades. Además de probar las nuevas variedades salidas al mercado, se ha trabajado en la línea de diferenciar y cuantificar el material con alto contenido en licopeno, un componente del tomate al que se le atribuyen muy buenas cualidades para la salud humana y que mejora el color y ºBrix de los frutos.
En este artículo realizamos un balance somero de la última campaña y presentamos los resultados obtenidos en dicha experimentación.