Etimológicamente el nombre de esta raza procede de dos vocablos del euskera: "Sasi", (Zarzal) y "Ardi" (Oveja). En una traducción literal significa "Oveja del Zarzal". Dicho nombre se corresponde con el medio en que viven estos animales, en zonas de arbolado, zarzas y sotobosque.
Esta raza autóctona pervive en las montañas del noroeste de la Comunidad Autónoma de Navarra (España) en la frontera con la provincia vecina de Gipuzkoa. No obstante, los cambios en los sistemas de producción agrícola-ganaderos han mermado el número de ejemplares, hasta estar al borde de su extinción.
Se trata de ovejas de excepcional rusticidad, que viven en régimen de libertad completa (asilvestrados), en zonas de monte donde la frondosidad del arbolado impide el tránsito normal del hombre y limita de alguna forma el de las ovejas. Disponen de perfil recto, tamaño pequeño y proporciones ligeramente longilíneas, con pigmentación rubia o rojiza. Así mismo presenta vellón de lana basta. Se explotan para la producción de carne como objetivo principal y cada día se da más importancia a su participación en la conservación del ecosistema.
Perfectamente adaptada al medio en el que se desenvuelve, desempeña una labor de control y limpieza del sotobosque muy importante, ayudando a mantener el entorno preservándolo de incendios y manteniendo el paisaje.
Está incluida desde 1997 en el Catálogo de Razas de Ganado de España, concretamente en el Grupo de Razas Autóctonas de Protección Especial. Tras el reconocimiento de la raza surgen en la Comunidad Autónoma Vasca, concretamente en Bizkaia y Gipuzkoa, Asociaciones de Criadores de Raza Sasi Ardi. Posteriormente, en 2006 se crea la de Navarra y se inicia su identificación electrónica en 2007. Desde el año 2005 se está trabajando en su diferenciación genética y preservación.
En el artículo informamos sobre las características que motivan el interés por esta raza y su situación actual.