La abeja es un insecto enormemente beneficioso para la agricultura y para el medio ambiente. Es el principal agente polinizador en los campos y montes, más activo y eficaz que el viento o que cualquier otro animal.
Además, nos proporciona algunos productos insustituibles, como la miel y la cera.
En los últimos años, la abeja está sufriendo un descenso muy importante de sus poblaciones a causa de enfermedades mortales como la varroa y por culpa de otros factores entre los que se encuentra también la acción el hombre, que elimina la flora que las sustenta. Esto nos está llevando a ver cada vez menos abejas sobrevolando nuestros campos y bosques, con el consiguiente efecto negativo en las cosechas y desarrollo de árboles y cultivos.
A raíz de este problema se están realizando trabajos muy importantes, a nivel europeo, para estudiar la evolución de las poblaciones de abejas y la incidencia que puedan tener diversas causas en su desaparición. En Navarra, la Asociación de Apicultores (APIDENA), ha llevado a cabo un estudio de caracterización molecular y genética de las poblaciones. Dicho estudio ha sido dirigido y realizado por el técnico veterinario de APIDENA, Eduardo Pérez de Obanos. Ha tenido como objetivo determinar las posibles hibridaciones de razas y la adaptación genética del animal a las condiciones de la región. Una buena adaptación y resistencia son importantes para la supervivencia de las colmenas.
Por otro lado, hay que resaltar que Navarra ofrece las mejores condiciones ecológicas para estudiar posibles cambios y adaptaciones, por su topografía montañosa y por ser un punto de encuentro entre los dos bioclimas españoles principales: el Atlántico y el Mediterráneo. Esta diversidad de condiciones ecológicas que ofrece la zona, ha favorecido el desarrollo de adaptaciones específicas de la población de abejas al entorno y la aparición de diferentes ecotipos, permitiendo que en un territorio no muy extenso se encuentre y sea posible recuperar un material genético de abeja negra muy variado. Además, la apicultura en esta región se lleva a cabo por apicultores aficionados, en un gran número de pequeñas explotaciones, que trabajan fundamentalmente con abeja autóctona. El aspecto meramente productivo no resulta tan importante, y por ello se dan las condiciones propicias para poder desarrollar un intento de recuperación, de conservación y de mejora como el que se pretende realizar.
Conocer mejor a nuestras abejas supone conocer mejor a unos colaboradores muy necesarios para nuestra labor agrícola. Por eso publicamos los resultados del estudio realizado sobre la abeja melífera de Navarra o abeja negra.