En las explotaciones ligadas al pastoreo y a la producción de forrajes conservados de cultivos herbáceos se emplean dos formas de conservación de dichos forrajes: el henificado y el ensilado. El ensilado presenta tres variantes: las rotopacas plastificadas individualmente, las grandes pacas cubiertas de plástico en su conjunto y el silo trinchera. El henificado se presenta siempre en pacas de diversos formatos y tamaños.
Un mal manejo de los silos tanto en el proceso de realización como en la conservación, puede provocar la contaminación del mismo con microorganismos indeseables que luego, a través de la alimentación, pasarían a la leche de las ovejas, en el caso de alimentarlas con ese material ensilado.
El ITG Ganadero ha llevado a cabo un estudio durante los años 2005 y 2006, en 51 explotaciones distribuidas por las distintas regiones climáticas del norte de Navarra (Pirineos, los Valles y Baztán). El objetivo ha sido conocer la calidad de los silos existentes en Navarra y su aptitud para la alimentación del ganado ovino durante el periodo de lactación, en cuanto al riesgo potencial de contaminación de la leche con Listeria monocitogenes y esporas de Clostridium tyrobutiricum (butíricos), que constituyen los microorganismos más peligrosos.
En este artículo se exponen los resultados obtenidos y se informa sobre las precauciones que se deben tomar en las explotaciones, según las formas de conservación de forrajes, para evitar esas contaminaciones y lograr silo y heno de calidad.