El bróculi, cuyo nombre botánico es Brassica oleracea var. italica, es un cultivo que se adapta a diferentes agroclimas, de ahí su expansión por toda la península e incluso por las islas Baleares y Canarias.
En 2009, España tuvo una superficie plantada de 23.055 hectáreas y una producción estimada de 330.000 toneladas, según datos publicados por el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino. Además, se exporta un 75% de producto comercial. En la comercialización en fresco, el porcentaje de exportación es similar. Sin embargo, a pesar de que España sea el primer productor europeo, el consumo nacional es bajo, unos 150 gramos por persona al año, al igual que en el resto de los países mediterráneos, con una media de 0,50 kg por persona y año, muy inferior a la media europea. En el otro extremo está el Reino Unido, que es el país europeo con mayor consumo (4,40 kg por persona al año), seguido por los países del norte de Europa, con una ingesta media muy similar.
La producción española se concentra sobre todo en las regiones de Navarra, Murcia, sur de Andalucía y Albacete.
Los primeros estudios sobre bróculi en Navarra datan de 1987. En aquel entonces nadie pensaba que en quince años se convertiría en la hortaliza más importante en la huerta navarra e imprescindible en muchas explotaciones.
En la última década se ha mantenido como el cultivo hortícola con mayor superficie dentro de los regadíos navarros, llegando en la actualidad a las 4.288 hectáreas y una producción de 47.389 toneladas. El principal foco de producción en Navarra está en la ribera sur (Ribaforada, Buñuel y Cortes), aunque en estos últimos años Funes, Cadreita y Valtierra han aumentando la superficie de cultivo y prácticamente se han igualado las dos zonas productoras.
Esta última campaña otoño-invierno 2009-2010 que acaba de finalizar ha sido irregular tanto en producción como en calidad. Cabe destacar que se ha registrado un adelanto en las recolecciones, en especial en las previstas para los meses de febrero y marzo, así como graves problemas de concentración de producto en el mes de noviembre. Esta situación ha ocasionado algunos problemas y retrasos en la recolección. En casos puntuales se ha llegado incluso a perder la cosecha por no haberse podido recolectar en el momento apropiado.