La modernización de los regadíos y la transformación de secanos en regadío precisa de estaciones de bombeo que funcionan con energía eléctrica. En Navarra, los regadíos con sistemas de riego a presión suman una potencia de 27.110 kW instalados, tienen alturas de bombeo que van desde 50 a 200 metros. Y los regantes, como los del resto del país, tienen que abonar unas facturas por el consumo eléctrico que desde julio de 2008 vienen experimentando constantes e importantes subidas mientras año tras año bajan los precios de los productos hortofrutícolas.
El regante contrata la tarifa eléctrica en un mercado liberalizado, con opción de elegir entre varios suministradores, y abona un precio que incluye, además del precio de la energía consumida, una cantidad en concepto de acceso a las redes de transporte y distribución necesarias para que la electricidad llegue hasta su punto de consumo, en este caso la estación de bombeo-, establecida por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.
Esta tarifa depende del nivel de tensión del punto de conexión, y su coste es la suma de un término de potencia y de un término de energía, que hasta hace algún tiempo era revisado al principio de cada año por el Ministerio, y que ahora se fija semestralmente.
Durante bastantes años ha existido una tarifa eléctrica para los regadíos agrícolas –la R, actualizada anualmente por el Ministerio de Industria- y precios se venían manteniendo estables, pero desde julio de 2008 las comunidades de regantes se han visto afectadas por el incremento de los precios derivado de la desaparición de la tarifa R y a la liberalización del mercado eléctrico.
A partir de ese momento, las instalaciones de menos de 450 kW pasan a contratar la tarifa 3.1 A (cuyo calendario es parecido al de la tarifa R) y las de más de 450 kW la tarifa de 6 períodos, que diferencia los precios tanto de la energía como de la potencia según el tramo horario en el que se consume, siendo el P1 el más caro, y va descendiendo (P2, P3, P4, P5) hasta llegar al periodo P6, el más barato.
En el artículo se analizan en profundidad las tarifas eléctricas que pueden aplicarse tras la liberalización del mercado.
