El tomate en hidroponía es hoy por hoy el cultivo más extendido en este sistema dentro de los invernaderos de Navarra. Tras una década de la puesta en marcha de la primera explotación, la superficie productora actual se encuentra consolidada y podríamos decir incluso que en ligero aumento.
Un sistema de cultivo hidropónico se basa en un mayor control de los factores que influyen en el desarrollo de las plantas. De este modo se consigue que la nutrición y las condiciones ambientales se aproximen más a las necesidades del cultivo, obteniendo así mayores producciones y de calidad.
Se trata por tanto de un sistema de cultivo más tecnificado, con una mayor posibilidad de cambios y mejoras. Por ello, desde 1997 la experimentación del ITGA contempla ensayos de tomate en hidroponía para observar diversos aspectos de interés para técnicos y agricultores; así como probar variedades distintas, niveles de salinidad, densidad, etc.
Durante la campaña pasada de 2009, y basándonos en las nuevas tendencias de los productores, hemos querido observar por un lado, el comportamiento de nuevos formatos comerciales de fibra de coco como sustrato, y por el otro, el de plantas injertadas de la variedad Jack (Monsanto Vegetales – De Ruiter semillas) sobre patrón Maxifort (De Ruiter)
