En la actualidad, el mercado de los cereales, al igual que otros muchos mercados, vive unos momentos de enormes altibajos. Esta incertidumbre, hace pensar que la apuesta por la calidad, no es errónea, y puede hacer conseguir un mercado más fuerte, a la vez que sea más recompensado el buen hacer productivo. A todos los productos alimentarios se les exige una determinada calidad, considerando como un producto de “buena calidad”, aquel que satisface las necesidades del consumidor. Al pan, como alimento básico que es, también se le exige tener una buena calidad.
Los parámetros que se buscan en un trigo, para que sea considerado de “buena calidad”, los exige quien lo maneja en primer lugar, que es el harinero, quien a su vez se fija en lo que a él le pide el panadero, quién tiene que hacer caso de las exigencias del consumidor final, en donde nos englobamos todos.
Para hacer un buen pan, hace falta una buena harina, y para conseguir una buena harina hace falta un buen trigo.
El concepto de calidad de un trigo es muy complejo, y viene determinado por una serie de parámetros, relacionados en su mayor parte con el contenido en proteína del grano. Pero no sólo la cantidad de proteína de un trigo es importante, que también lo es, sino es más la proporción de los diferentes tipos de proteína que hay en él. Así, en función de esas proporciones, conseguiremos tener un trigo que sea más apto para conseguir harinas extensibles, o para conseguir harinas más elásticas, o con más tenacidad,
Los ensayos que el Instituto Técnico y de Gestión Agrícola (ITGA) de Navarra (España), viene realizando a lo largo de los años, para la comparación de nuevas variedades de trigo, sirven para caracterizar las variedades por sus adaptaciones ambientales, y por sus potenciales productivos en diferentes ambientes, y además para determinar los parámetros de calidad.
En este artículo se recogen las variedades que han sido evaluadas en las tres últimas campañas (2006 - 2007 - 2008) junto con los testigos de referencia, tanto de los trigos blandos de otoño, como de los trigos blandos de primavera.
