Se estima que entre un 15-20% del total de la producción de las explotaciones ganaderas se pierde por causas debidas a motivos infecciosos. La intensificación de las producciones ha llevado consigo la creación de líneas genéticas adecuadas para este tipo de producciones, que en muchos casos se ha logrado con la pérdida de cierta rusticidad de la raza. Esto significa que se trabaja con animales más sensibles a sufrir problemas patológicos.
Este cambio en los sistemas de producción en sectores como porcino, avicultura, conejos y vacuno de leche ha facilitado la emergencia de nuevos agentes patológicos (SRRP, Influenzas, Enteropatías, etc) que en muchos casos existían y en otros han sido de nueva aparición y que han afectado de forma importante a las producciones.
La consecuencia de estas enfermedades clínicas o subclínicas ha sido el incremento importante de los costes de tratamientos terapéuticos y profilácticos, al margen de los descensos de producción ocasionados. Por desgracia, los tratamientos en muchos casos (virus) no han satisfecho las expectativas esperadas.
Esto ha llevado a que los planes de lucha y control contra enfermedades cada día tengan una mayor importancia dentro de las explotaciones ganaderas. El establecimiento de medidas de prevención es más rentable que la toma de decisiones posteriores.A esas medidas que se toman como prevención en las granjas se les llama en conjunto “Bioseguridad”.
El ITG Ganadero quiere informar al sector a través de “Navarra Agraria” sobre el modo en que inciden las enfermedades infecciosas en las granjas, los puntos de control que hay que establecer y las medidas de prevención para evitar la aparición de esos problemas. Dado que el tema es extenso, dividiremos este tema en capítulos que se van a publicar a partir de este número de la revista y se colgarán asimismo en la página web.
En esta primera parte del informe analizamos el comportamiento de las enfermedades (I) dentro de la explotación, para saber cómo incidir sobre ellas. Sentaremos las bases de la bioseguridad (II), los aspectos a tener en cuenta: la bioseguridad externa y la interna. A continuación estableceremos los puntos de control (III) que se deben llevar a cabo en las instalaciones. En el próximo número de la revista se estudiarán para terminar, los puntos críticos de control (IV) sobre la producción y el manejo diario.