Desde los años 90 se ha venido impulsando la implantación de riegos presurizados en general y de aspersión en particular, debido a la alta eficiencia de estos sistemas en la aplicación del agua de acuerdo con la Directiva Marco del Agua. Una parte importante de las zonas con implantación de sistemas de riego a presión son dependientes de la energía.
El coste económico que supone este consumo en aquellos regadíos dependientes de energía es cada vez mayor; de hecho los costes energéticos han ido aumentando de manera constante durante los últimos años, por lo que las medidas de ahorro que se pueden adoptar para reducir su consumo son claves para aumentar la rentabilidad de las explotaciones de los sistemas de regadío preservando su viabilidad a futuro.
Por otra parte, el cambio climático sigue siendo una preocupación a nivel mundial para gobiernos, empresas y ciudadanos. Actualmente se está demandando mayor información en cuanto a las emisiones que producen cierto tipo de actividades, eventos e incluso el propio día a día de una persona a pie y es el cálculo de la huella de carbono quien puede dar respuesta a todas esas cuestiones.
La sección de Proyectos y Obras Privados de INTIA, encargada de las instalaciones de riego en parcela, está estudiando estos dos aspectos claves (reducción de demanda energética y huella de carbono) dentro del proyecto europeo Life RegadiOX en su acción B5. En este artículo trataremos la reducción de la demanda energética.