La agricultura y la ganadería, como productoras de alimentos, siguen teniendo el reto pendiente de acabar con el hambre en el mundo. Sin embargo, a pesar de que hay una producción suficiente de alimentos a nivel global, nos encontramos con que hay más de 800 millones de personas desnutridas, mientras que en el primer mundo la obesidad se ha convertido en un problema de primer orden y el desperdicio alimentario se estima en un 30% de la producción alimentaria. Además, mientras la innovación tecnológica avanza a ritmo frenético, la distribución de la riqueza tiende a la desigualdad y la sociedad es incapaz de mejorar los índices económicos si no es a costa de la destrucción de la biodiversidad, el agotamiento de los recursos naturales y un cambio climático que se ha convertido en una amenaza global.
En INTIA trabajamos en la mejora de la sostenibilidad de la agricultura y la ganadería, tanto económica como social y ambiental. Tenemos abiertas diferentes líneas de innovación y experimentación y transferimos el conocimiento al sector mediante nuestros servicios de asesoramiento. Además, el seguimiento de la gestión técnico económica nos permite analizar la evolución que han sufrido los diferentes subsectores a lo largo de los años. Con todo este bagaje de conocimientos y experiencias, tuvimos la idea de organizar una jornada de debate el pasado mes de septiembre a la que invitamos a profesionales y representantes del sector agroalimentario de Navarra. Ese debate gira actualmente alrededor de seis retos que se abordan en este artículo y se analizarán más en profundidad en los siguientes reportajes de la revista.
El primero de los retos consiste en profundizar en las explotaciones y su diversidad, no hay una solución única a los problemas porque no hay un solo tipo de explotación.
En segundo lugar está la responsabilidad social y medioambiental frente al cambio climático o la necesidad de cambiar el modelo a una economía circular.
En tercer lugar el papel de la tecnología, que decimos viene para ayudar, pero no siempre es así, de nuevo dependiente del tipo de explotación.
El siguiente de los desafíos, ligado al anterior, es el reto de la innovación y la gestión del conocimiento (con unos actores o promotores de la innovación denominados “AKIS” en el marco de la nueva PAC).
A continuación está el reto de promover políticas agroalimentarias más acordes y poner en marcha los nuevos instrumentos de la PAC como son los eco-esquemas.
Por último hay que abordar el reto del mercado, también con una diversidad de modelos, desde los circuitos clásicos a modelos de venta de proximidad, venta on-line, producto ecológico, de temporada, etc.