La década 2011-2021 comenzó con el azote de una crisis económica y se cierra con una pandemia de Covid-19 que ha sacudido la economía a nivel mundial y ha afectado a la marcha de la industria agroalimentaria y las explotaciones agrícolas y ganaderas, a nivel local.
También las consecuencias del Cambio climático se están haciendo patentes y obligan al sector agrario a realizar una adaptación en condiciones difíciles y en medio de una gran incertidumbre. A ello se suma el envejecimiento de la población activa agraria y la falta de relevo generacional, que son desafíos importante que deben abordarse de forma conjunta no sólo por el sector sino por toda la sociedad con el apoyo de las instituciones públicas.
Por otra parte, el desarrollo de las nuevas tecnologías de la comunicación, internet y la robotización están llevando a una nueva revolución agrícola. Los sistemas y materiales de trabajo, tanto en la agricultura como en la ganadería, evolucionan constantemente y de forma muy rápida obligando a las personas productoras y técnicas a una formación continua para actualizarse.
Esas tecnologías deben ir de la mano con la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente. Navarra es una región que ha cuidado su entorno natural y eso se nota en la forma de producir. En la última década se ha producido un crecimiento de la producción ecológica certificada y se están introduciendo prácticas ecológicas en las explotaciones convencionales para fertilizar los suelos y luchar contra las plagas.
En medio de esta complicada situación, Navarra cuenta con herramientas que les pueden ayudar a superar esos desafíos, como señalan algunos de nuestros entrevistados, que ponen en valor el trabajo de investigación aplicada, formación y transferencia de conocimiento especializado que hace INTIA.