Las aplicaciones de fosfuro de aluminio o de magnesio en el almacenamiento de cereales presentan un importante riesgo químico para la salud, ya que, estos productos utilizados para el control de roedores, insectos, hongos, ácaros y bacterias, liberan un gas tóxico conocido como gas fosfina.
En muchas ocasiones se desconocen los riesgos a los que están expuestas tanto las personas que se encargan de su aplicación como aquellas que se encuentran próximas a las zonas a tratar. Las personas titulares de las instalaciones agrícolas y ganaderas deben establecer los medios de seguimiento, control y vigilancia oportunos para comprobar, durante y tras la fumigación, que las personas que se encuentren en las instalaciones cumplen con las medidas de prevención necesarias.
En este artículo se recopilan una serie de pautas, referentes al uso de estos productos, que desde el ISPLN se quiere destacar a modo de recordatorio.