Las olas de calor que soportó Navarra en la primavera y verano de 2022, con temperaturas anormalmente altas, humedades relativas medias inferiores al 28 %, y rachas de viento de hasta 79 km/h, provocaron numerosos incendios en distintas zonas de Navarra, resultando calcinadas en torno a 15.000 ha, entre ellas áreas vitícolas, principalmente de la zona de producción de la D.O. Navarra.
Las viñas fueron excelentes cortafuegos, sufriendo daños directos únicamente las filas del borde del viñedo, por lo que la afección en cuanto a rendimiento no fue significativa y en la mayoría de casos el viñedo se recuperó al año siguiente.
Durante la maduración y vendimia, ningún parámetro analítico de los mostos se vio alterado, no obstante, conforme los mostos fueron finalizando la fermentación, algunos técnicos de bodegas comenzaron a percibir aromas y gustos extraños en los vinos procedentes de los viñedos de las zonas afectadas por el incendio y se pusieron en contacto con la Sección de Viticultura y Enología de Gobierno de Navarra para comentar el caso y el carácter extraño que percibían en la cata de dichos vinos.
Efectivamente, estos vinos manifestaron notas de cata características del llamado Smoke taint (gusto a humo). Por este motivo, se decidió profundizar y realizar un análisis químico de los vinos para confirmar la presencia de ciertos compuestos involucrados en esa afección. Finalmente, todos estos estudios se tradujeron en la aprobación de una ayuda destinada a apoyar a los elaboradores afectados por la depreciación de los vinos del incendio. (Orden Foral 242E/2023, de 7 de septiembre, del Consejero de Desarrollo Rural y Medio Ambiente).