El futuro del territorio rural constituye un importante reto para Europa. El desarrollo económico y social no es uniforme en el interior de los países y regiones de la Unión Europea, pues ese desarrollo se concentra principalmente en las zonas más urbanizadas, en detrimento de las zonas rurales que siguen gravemente amenazadas por el despoblamiento. Precisamente por ello, el artículo 174 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea establece el fin de promover un desarrollo armonioso del conjunto de la Unión y de desarrollar una acción encaminada a reforzar su cohesión económica, social y territorial, prestando "especial atención a las zonas rurales".