En este artículo se va a analizar la calidad de vinos sometidos a procesos de estabilización tartárica por resinas de intercambio catiónico. La estabilización del vino para evitar “posos” y turbideces es una condición casi imprescindible hoy en día para poder salir a un mercado cada vez más exigente. Es importante realizar este proceso sin mermar la calidad de los vinos tratados. De ahí el estudio realizado en Navarra, que es zona tradicionalmente vinícola.
En este trabajo se han tratado vinos de Tempranillo y Garnacha y se han efectuado diferentes mezclas con los vinos de partida y con vinos diferentes, para ver la respuesta a los tratamientos. El objetivo era determinar la fracción mínima de vino a tratar necesaria para estabilizar el vino de partida. Para ello se realizaron cuatro tratamientos: mezcla de vino Tempranillo tratado con testigo, mezcla de vino Garnacha tratado con testigo, mezcla de vino Tempranillo tratado con vino joven y mezcla de vino Tem- pranillo tratado con vino crianza. Tras el ensayo se analizó la estabilidad de los vinos resultantes y se comprobó que la fracción mínima ideal de vino tratado en la mezcla dependía del tipo de vino. Los resultados de la cata mostraron que no existen diferencias significativas entre el vino testigo y las distintas mezclas, a excepción del tratamiento de vino Garnacha para las mezclas con una proporción de vino tratado superior al 30%.
