En Navarra se dedican a la agricultura más de 270.000 hectáreas, de las cuales cerca de 250.000 están ocupadas por cultivos extensivos, según la última solicitud de superficies de la PAC.
Los sistemas de laboreo han vivido una gran evolución durante las últimas décadas, después de siglos de laboreo tradicional invariable. Una evolución hacia sistemas de mínimo y no laboreo. ¿Qué ha motivado estos cambios? Evidentemente, las innovaciones tecnológicas en maquinaria. Pero también ha influido en ello el descenso del número de agricultores y la Política Agrícola Comunitaria (PAC) que han obligado a buscar una reducción de los costes y los tiempos de trabajo, y a reestructurar las explotaciones.
La experimentación y la labor divulgativa del ITG Agrícola han contribuido a realizar este cambio en la Comunidad Foral allí donde ha sido necesario. Porque no todos los laboreos son igual de buenos en todas las zonas, como veremos en este artículo.
Por otra parte, el trabajo experimental en estos aspectos no cesa.
En la actualidad se centra en analizar el comportamiento de los suelos, la productividad de los cultivos y la sostenibilidad medioambiental con cada tipo de laboreo, de cara a asesorar mejor a los agricultores sobre el tema.
Así, el Instituto interviene en la actualidad en dos proyectos importantes: uno a escala nacional sobre las rotaciones de cultivos con laboreos de conservación, y otro proyecto de ámbito internacional, denominado proyecto Kassa, sobre agricultura sostenible en el que han participado un total de 31 grupos pertenecientes a 28 instituciones de 18 países.