GN-v2-2c   LogoIntia  

Este sitio web utiliza cookies propias y de terceros para analizar nuestro tráfico y con fines publicitarios

Si no cambia la configuración de su navegador, usted acepta su uso. Saber más

Acepto
X
RizVN Login



Número 164: septiembre-octubre 2007

Porcino
La carga de cerdos con destino a matadero (3ª Parte). Influencia del bienestar animal en la calidad de la carne

Este es el tercer capítulo de una serie dedicada a analizar la influencia que tiene, para la calidad de la carne, el manejo de los cerdos durante el proceso de carga y transporte al matadero.

Como ya se vio en los dos capítulos anteriores (revistas 162 y 163), un mal manejo y unas instalaciones inadecuadas producen estrés en los animales e incluso les pueden provocar daños físicos importantes.

El bienestar animal durante las distintas fases de la producción, es hoy en día motivo de preocupación para los consumidores y se está convirtiendo en un elemento de presión de los consumidores hacia el sector productivo. El consumidor demanda seguridad alimentaria y calidad. Conocedor de que las mejoras en el bienestar animal se traducen por lo general en una mayor calidad del producto final, las exige.

Las mejoras conllevan, lógicamente, un gasto y obligan a los ganaderos, en este caso, a realizar un esfuerzo.

El sector productivo argumenta que la aplicación de la nueva legislación comunitaria en este sentido, mucho más estricta, supone un encarecimiento del producto y una pérdida de competitividad frente a otros países.

Sin embargo, el bienestar animal puede resultar rentable si se busca el equilibrio entre los costes que supone y los beneficios que aporta. Un mejor bienestar animal se correlaciona directamente con una mayor productividad, homogeneidad y/o calidad del producto y, por tanto, invertir en bienestar puede resultar no sólo una exigencia legal, sino un beneficio.

En esta tercera parte del informe, vamos a ver qué pérdidas y deterioros sufre la carne de porcino a causa de un mal manejo, lo cual se traducirá finalmente en una pérdida económica para el ganadero, ya que recibirá un pago menor por la carne depreciada.

Leer artículo completo: