En este artículo informamos de forma resumida sobre un estudio que se ha llevado a cabo en varias fincas del sur de Navarra (España) para comprobar los efectos de las medidas agroambientales establecidas por la PAC sobre los suelos. Los resultados obtenidos demuestran que los suelos de los secanos áridos se ven claramente mejorados por la aplicación correcta de las prácticas medioambientales exigidas.
A partir del año 1992 se introdujo en la política agraria de la Unión Europea el concepto de “medidas agroambientales”, entendido como conjunto de prácticas que se deben llevar a cabo en el campo para armonizar los intereses de la agricultura con el cuidado del medio ambiente. En aquel año y posteriormente en 1999, la CEE puso en marcha unos programas de ayudas para el fomento de prácticas compatibles con la protección de la naturaleza salvaje y hoy en día es imposible entender la actividad agraria sin esa filosofía.
En Navarra, los Programas de Desarrollo Rural han contemplado medidas activas a favor del “Fomento de la Agricultura Ecológica” y de los “Métodos de producción agraria compatibles con la conservación del medio natural”. Ambas medidas se han implantado mayoritariamente en los secanos áridos de la zona sur, donde ha resultado más fácil a los agricultores aplicar los requisitos necesarios de extensificación máxima y mínimo aporte de abonos y pesticidas dentro de su modelo de explotación tradicional. También por el interés de conservar las zonas esteparias de la región.
Después de unos años de aplicación de las medidas, a iniciativa de la empresa pública Gestión Ambiental – Viveros y Repoblaciones de Navarra, S.A. (GAVRN) y por implicación del Área de Edafología de la Universidad Pública de Navarra, se ha llevado a cabo de forma conjunta por ambas entidades un estudio sobre el terreno del impacto que ha producido la aplicación de ambas medidas agroambientales sobre la salud y calidad del suelo.