La continua expansión de la superficie agrícola en producción ecológica, la demanda de la industria y la necesidad de asesoramiento y experimentación por parte del sector primario, han propiciado el aumento de los ensayos de INTIA en producción ecológica con el objetivo principal de potenciar el conocimiento alrededor de este tipo de cultivo. Esto llevó a la especialización de la finca experimental de INTIA ubicada en Sartaguda, que desde junio de 2018 está inscrita en el Consejo de la Producción Agraria Ecológica de Navarra (CPAEN). Parte de la finca se manejaba ya con criterios de producción ecológica pero desde esa fecha toda la experimentación pasó a desarrollarse íntegramente en ecológico, acometiéndose las obras necesarias para ello.
Los dos objetivos fundamentales en los que se basa el trabajo que se está desarrollando en la finca de Sartaguda son los de mejorar la fertilidad de la tierra; utilizando la rotación de cultivos, el uso de abonos verdes, aporte de fuentes de materia orgánica, uso adecuado de aperos para no degradar el suelo, incorporación de los restos de las cosechas anteriores o compostado de los mismos previa utilización; y mejorar la biodiversidad natural y cultivada, temporal y espacial, manteniendo y/o mejorando los márgenes de cultivo, empleo de bandas floridas y setos, cubiertas vegetales en cultivos perennes, estableciendo rotaciones de cultivos con diversidad de especies y variedades, incluyendo en la rotación cultivos mejorantes, como las leguminosas, etc.
Además, se desarrollan otros más específicos en ensayos de experimentación concretos, con el fin de aportar conocimiento en la temática más demandada por el sector agrario ecológico tanto en cultivos hortícolas como en frutales.
Según datos proporcionados por CPAEN (Consejo de la Producción Agraria Ecológica de Navarra), actualmente hay 83.348 ha inscritas en ecológico, lo que supone un 18,9% de la superficie agrícola de Navarra. Pero además, la industria agroalimentaria está mostrando gran interés hacia este tipo de productos. Sin embargo, aunque la demanda crece a un ritmo constante y a pesar de la tradición de la huerta y la amplia superficie regable que existe en Navarra, tan solo una parte muy reducida de la misma está inscrita en producción ecológica.
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