Las elevadas temperaturas que se han registrado entre los meses de mayo y de junio han propiciado una mayor presencia de algunas plagas como pulgones, psilas, cicadélidos y algunos lepidópteros. Además, esta situación está propiciando que las plagas se desarrollen más rápidamente y hayan adelantado su aparición con respecto a otros años.
Sin embargo, hay aspectos no tan negativos derivados de esta primavera tan seca y calurosa, como la menor incidencia de algunas moscas o que la presencia de enfermedades en cultivos que habitualmente se suelen producir en esta época, este año sea anecdótica.
Más información en este enlace.